Se puede viajar alrededor
del mundo a través
de una canción.
Si hay algo que no se puede atrapar detrás de un muro, es el sonido. Y si ese sonido, además, se convierte en buena música, automáticamente se convierte en universal. Por eso, en nuestra búsqueda de buena música, hemos ido abriendo oficinas en los países en los que mejor saben hacerla.